¿Cuáles son las infecciones más comunes durante el embarazo?
En este artículo te contamos todo sobre las infecciones en el embarazo más frecuentes. Para ello, abordaremos síntomas, causas, tratamiento y cómo prevenir las infecciones durante el embarazo.
Y es que el embarazo es una etapa emocionante en la vida de una mujer, pero también puede ser un momento en el que se es más vulnerable a las infecciones de cualquier tipo.
En este sentido, las más comunes son las infecciones urinaria o de vías urinarias durante el embarazo, así como infecciones vaginales o del feto.
Infecciones en el embarazo: Riesgos, tipos y prevención
Algunas de estas infecciones pueden causar complicaciones graves, como parto prematuro, bajo peso al nacer, defectos congénitos o muerte fetal. Por eso, es importante prevenir y tratar las infecciones en el embarazo y sus posibles riesgos con la ayuda de un médico ginecologo.
A continuación, te contamos cuáles son esas las infecciones más comunes durante el embarazo, sus síntomas, tratamiento y cómo prevenirlas.
1) Infección urinaria en el embarazo
Son causadas por bacterias que invaden la vejiga o el riñón. Pueden provocar síntomas como dolor al orinar, fiebre, escalofríos o sangre en la orina.
Las infecciones en las vías urinarias en el embarazo se tratan con antibióticos. Y se pueden prevenir con una buena higiene y una adecuada ingesta de líquidos.
2) Candidiasis vaginal
Una de las infecciones en el embarazo es una infección por hongos causada por el hongo Candida albicans que es común durante el embarazo debido a los cambios hormonales y al aumento de los niveles de azúcar en la sangre.
Los síntomas : Puede causar síntomas como flujo vaginal blanco y grumoso, picor, ardor o irritación en la zona genital.
Para prevenir la candidiasis vaginal, es importante mantener una buena higiene íntima, usar ropa interior de algodón y evitar usar ropa ajustada, evitar la ropa interior sintética.
3) Vaginosis bacteriana
Es una alteración del equilibrio de la flora vaginal, que favorece el crecimiento de bacterias anaerobias que producen un flujo vaginal grisáceo o verdoso, con olor a pescado.
Puede aumentar el riesgo de parto prematuro, rotura prematura de membranas o infección del líquido amniótico.
Se trata con antibióticos y, además, se puede prevenir esta infección en el embarazo evitando las duchas vaginales o el uso de productos irritantes.
4) Infección por estreptococos del grupo B
Es una bacteria que se encuentra en el tracto gastrointestinal o genital de algunas mujeres, y que puede pasar al bebé durante el parto, causando infecciones graves como meningitis, neumonía o sépsis.
Se detecta mediante un cultivo vaginal y rectal entre las semanas 35 y 37 de gestación, y se trata con antibióticos intravenosos durante el parto. Se puede prevenir con una buena higiene personal y evitando el contacto sexual con personas infectadas.
5) Infecciones durante el embarazo de transmisión sexual
Son aquellas que se contagian por vía sexual, como la sífilis, la gonorrea, la clamidia, el herpes genital, el VIH o el virus del papiloma humano (VPH).
Pueden causar síntomas como flujo vaginal anormal, úlceras genitales, dolor pélvico o fiebre.
Además, pueden afectar al bebé durante el embarazo o el parto, provocando abortos espontáneos, partos prematuros, malformaciones congénitas o infecciones neonatales.
Se tratan con antibióticos o antivirales según el caso, y se pueden prevenir usando condones en todas las relaciones sexuales.
Conclusiones acerca de las infecciones en el embarazo
En conclusión, éstas son más comunes de lo que piensas, pero se pueden tratar adecuadamente y prevenir las infecciones durante el embarazo.
Para ello, es importante mantener una buena higiene íntima, beber mucha agua y hacerse pruebas para las ITS y el GBS para prevenir complicaciones graves.
Si experimentas algún síntoma de infección en el embarazo, es importante hablar con tu médico de inmediato para recibir el tratamiento adecuado.
Para muchos estudiosos sobre las infecciones del tracto urinario bajo y otras infecciones en el embarazo, lo más importante es la prevención y detección temprana de los síntomas.
En este sentido, se debe llevar un buen control prenatal, seguir las indicaciones médicas que te da tu ginecólogo o clínica ILE (en su caso), así como estar al pendiente de tus cambios fisiológicos, ayudarán a detectar una posible infección y ser tratada a tiempo.
